miércoles, 9 de julio de 2008

AGOTAMIENTO DEL ORDEN SOCIAL (2da. parte)

2.- Políticas sociales: otro de los mecanismos de control social que se cuestionan en la actualidad es el de las políticas sociales. Durante el Estado de Bienestar estas políticas favorecieron la resolución de conflictos y permitieron la integración social de un contingente importante de las clases populares. Sin embargo, como consecuencia de los cambios estructurales del capitalismo y la caída de la sociedad industrial comenzaron a generarse contradicciones en el seno del Estado que llevó a que dichas políticas fueran perdiendo el carácter universal y obtuvieran una mirada más focalizada. Así se perdió el efecto integrador y acentuó la segregación y fragmentación social. En ese sentido, se ha comprobado que las nuevas políticas sociales no logran compensar las reformas estructurales neoliberales perdiendo eficacia como mecanismos de control social.
3.- La escuela: ésta que ha sido "la institución integradora" , el espacio donde se han normalizado los sectores sociales y quien ha tenido una función central en la legitimación de los valores y en la socialización e integración. Hoy, se ve fuertemente cuestionada por el entorno social cada vez más desintegrado.
Como consecuencia resulta cada vez más dificultoso fundamentar la igualdad de oportunidades o las posibilidades de ascenso social o la necesidad de educación para todos, debido a que estas representaciones están siendo socavadas en el ideario de las nuevas sociedades. Así, Los crecientes actos de violencia que se producen en la escuela son por encima de todo, un fuerte cuestionamiento simbólico a la capacidad de integración del actual orden social.
4.- El trabajo: otro de los mecanismos de integración y a la vez de control del orden social fue el trabajo. En la actualidad está seriamente cuestionado como consecuencia del desempleo y la exclusión originando crisis en la sociedad. Siendo que el orden social se estructuró en base al trabajo. Es sabido que el valor y la dignidad de la persona se manifestaban cuando el trabajador mediante la actividad remunerada lograba organizar la vida social, objetiva y subjetivamente orientando las estrategias y los sueños a la integración social.
En la actualidad la imposibilidad de la sociedad, de brindar un empleo, es la imposibilidad del orden social de reproducir las aspiraciones que él mismo inculca como legítimas. Esta ruptura de reproducción social lleva al derrumbe de la legitimidad de orden social.
En el caso de la República Argentina, Pegoraro, manifiesta que hubo aumento del equipamiento policial, cruzadas contra las drogas, creación de super secretarías de seguridad, mayor poder para la policía, aumento de muertes en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y crecimiento de las empresas de seguridad privada. Como se verá la situación nacional puede extenderse con facilidad al resto de los países de América Latina. En muchos casos, esto significó que se generaran situaciones de guerra interna en las que no se manifiestan las mínimas garantías del Estado de derecho y los derechos humanos y civiles no son atendidos bajo el pretexto de la seguridad pública. Estas medidas demuestran la legitimación del uso de la fuerza y la violencia como única forma de resolver los problemas en la sociedad, acentuando en especial la violencia contra los grupos sociales excluidos. Estos elementos pertenecen a una cosmovisión que prioriza los reclamos de seguridad personal como base para la formulación de un modelo de control social posdemocrático, donde se estila a los sectores pobres como violentos con argumentos a favor de la naturalización de las diferencias sociales existentes, que permitan diluir los derechos formales de igualdad.
Quienes participan de manera consciente o inconsciente, en función de este proyecto, hacen aparecer en forma magnificada problemas que seguramente son el resultado o la expresión de cuestiones más estructurales. Mayormente se coloca a la droga como aspecto central y el de la seguridad personal y sobre estas “nuevas” patologías de la sociedad las fuerzas sociales dominantes se ven tentadas a construir un nuevo orden social de dominación, con una forma de disciplinamiento y mecanismos de control social nuevos.
Es esencial tener en cuenta que cuando planteamos la violencia y la criminalidad en las sociedades contemporáneas, ésta, siempre estuvo expresada como consecuencia de los profundos conflictos sociales. Los estudios sociológicos sobre la violencia pueden ser una contribución importante a esta reflexión.

ACTIVIDAD 1:
1.- Organiza un mapa conceptual integrando las características del agotamiento del control social.
2.- Comenta algún hecho de violencia en tu localidad, o a nivel provincial o nacional que tenga relación con la escuela. ¿Compartes cómo fue resuelto. Por qué?

AGOTAMIENTO DEL ORDEN SOCIAL (1ra. parte)

El agotamiento del orden social se origina cuando se debilitan las formas de control social. Pegoraro (1) señala que el sistema de control social es una estrategia tendiente a naturalizar y normalizar un determinado orden social constitutivo por las fuerzas sociales dominantes. La legitimidad de dicho orden social permite atenuar los controles institucionales y promover los autocontroles y la ampliación de las conductas rutinarias tendientes a regular por sí mismas las formas sociales de convivencia. Así pues, se puede disminuir el control coercitivo si existe la amenaza monopólica del ejercicio de la coacción física legítima por parte del estado. De esta manera los cálculos de la ventaja personal y el temor al castigo son los únicos elementos.
Este proceso de legitimación del orden social procura naturalizar las desigualdades sociales de diversas formas para que sean internalizadas como “normales”, y preexistentes a la acción social, tratando desligarlas de la acción política, y separarlas de su órbita posible de acción.
Esto, no debe considerarse una intención perversa, ni un deseo consciente de las fracciones dominantes, sino como algo inscripto en el propio punto de vista, inherente a la posición en el espacio social que sustentan.
Así, los planteos de los autores que analizan la violencia contemporánea siempre refieren a algún problema de eficacia del sistema de control social, expresada tanto como exceso de poder, falta de capacidad para persuadir, la imposibilidad de estructurar relaciones conflictivas o de negociar diferencias. Estos problemas pueden ser explicados si se consideran dentro del contexto actual donde aún no se han naturalizado las nuevas diferencias sociales que se derivan en respuestas violentas, tanto de los que realizan excesos de poder para naturalizarlas como de aquellos que
responden por no hallarlas legitimas.
Cuando se plantea el debilitamiento del orden social, además de los procesos de legitimación, se hace referencia al agotamiento de los mecanismos de control social.
Por este motivo, se presentan a continuación brevemente los signos de agotamiento de importantes mecanismos de control social (2) que son:
1.- Segregación urbana: uno de los mecanismos de control social más utilizados para resolver los conflictos generados por las desigualdades es la segregación urbana. Ésta, como salida se acrecentó en las últimas décadas para sobrellevar las diferencias sociales y conformó la segmentación urbana actual. Lo que fue una solución de problemas en el pasado se ha transformado en la actualidad en uno de los principales ejes de cuestionamiento del orden social. Las situaciones creadas como producto de la acumulación de exclusiones sociales se han combinado con los procesos de globalización del crimen organizado y hoy estalla en una violencia irrefrenable. Las favelas y las villas fueron modos de segregación eficaces porque permitieron por mucho tiempo atenuar conflictos sociales contribuyendo a mantener el orden social.
Pero es, en estos espacios donde con mayor fluidez se cuestiona el monopolio del uso de la violencia del Estado. Se constituye así una paradoja, si el Estado fue quien permitió estos asentamientos también creó las bases materiales para el cuestionamiento de su poder monopólico. Más allá de las representaciones, el aumento de la segregación genera objetivamente el territorio en el cual se producen procesos sociales incompatibles con el orden social. El agotamiento de este mecanismo de control plantea dos opciones que resumen el dilema de la violencia en las sociedades actuales: comunicación o coerción y violencia . (Continúa)
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(1)PEGORARO, J. (1994) “Teoría social, control social y seguridad, el nuevo escenario de los años 90” en El control social en el fin de siglo, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires: 75-
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(2) ZALUAR, 1996, GIDDENS,1997, PEGORARO, 1994

martes, 8 de julio de 2008

MODERNIDAD vs. POSMODERNIDAD

Estamos inmersos en una crisis que tiende a cuestionar lo objetivo y perdurable de las grandes teorías de la modernidad así como sus concepciones básicas de tiempo y espacio. Podemos aseverar que la actualidad es una etapa donde el desarrollo histórico de la construcción social del espacio se ve fragmentado por las contradicciones impuestas por los ideales de desarrollo homogéneo que, al no soportar sus propias contradicciones espaciales degeneraron en un desarrollo geográfico desigual.
Nuestra sociedad ya no es "moderna" pero aún persisten creencias de la modernidad que se van disolviendo rápidamente.
A la posmodernidad podríamos caracterizarla como el pensamiento de la incerteza, de la duda, de la inestabilidad, de lo no duradero. El saber parece dominar la razón social por la vía de la comercialización de sus productos. Todo puede ser mercancía.
Lo "moderno" se manifestó con la Ilustración del siglo XVIII y, en política, con las revoluciones burguesas liberales: la Revolución Francesa, Americana, las Latino-Americanas, y con las Revoluciones Socialistas: la rusa y la china. Sus antecedentes se encuentran en el Racionalismo del siglo XVII y en el Renacimiento. La idea fundamental que acompañó este proceso fue el concepto de "progreso"; se creía que la Humanidad podía progresar indefinidamente si el hombre llegaba a conocer las leyes básicas - físicas, biológicas, psicológicas, históricas, etc., que rigen la naturaleza y la vida humana individual y colectiva. En ella, se encontraban las líneas de unión que marcan la incidencia del tiempo en la producción de los sucesos, no como en la actualidad, donde las situaciones aparecen rotundamente y de un solo golpe. Vivimos una época en el cual la inmediatez de la catástrofe y los hechos no se pueden analizar ni reflexionar por la rapidez con se suceden, hundiéndonos en la indiferencia y la parálisis. A los psicoanalistas les preocupa las "patologías del acto" (1) que se manifiestan en la adolescencia con mayor frecuencia y es cuando aparecen los trastornos de la alimentación que comprometen al cuerpo en diversas dimensiones. Sujetos que muestran un cuerpo sufriente, ya sea por la bulimia, anorexia, alcoholismo o drogadicción. Y es, esta etapa, la que implica un tiempo de vacilación y reposicionamiento subjetivo de la personalidad. Por ello, cada vez que existe trauma social -por acontecimientos de crueldad y aniquilamiento- ; éstos producen miedo o enajenación y atacan la subjetividad de los jóvenes. Esto se asocia a la falta de disciplinamiento y control que se observa con la desaparición de la función mediadora de la familia quien en la modernidad tenía como especificidad el establecimiento de los primeros vínculos de afectividad y protección, a través de la primera socialización e internalización de las normas y valores.
En la actualidad no se puede contener y menos resolver la violencia que la cultura ejerce sobre la persona produciendo en muchos casos efectos devastadores.
La violencia reaparece en las formas más crueles, como destrucción del otro y, sobre todo, como autodestrucción. El desamparo se manifiesta no solo en el debilitamiento de los lazos afectivos, sino por sobre todo, en la absoluta inconsistencia del sujeto para afrontar un modelo que se centra en los objetos y en la necesidad imperiosa de cumplir el deseo consumista.
Garretón cuando se interroga ¿en qué consiste este tipo de sociedad post-industrial globalizada? plantea que la misma no se organiza en torno a la producción y al trabajo y la política, sino en torno a la comunicación y al consumo. Aclara "no es que no exista la producción sino que su base es la comunicación. De tal forma que para la gente el lugar de encuentro dejó de ser la fábrica, el partido o la asamblea para pasar a ser los mails y los medios de comunicación de masas" . Y acota, que es normal que millones de seres humanos puedan presenciar una guerra en vivo y en directo por televisión. (2)
Esta competencia de los medios masivos de comunicación nos envuelve de incapacidad para generar un proyecto sano y conciliador entre las fuerzas espirituales y su expresión material; entre el hombre y su comunidad. Así como existió una corriente individualista "liberal" y otra colectivista que planteaba como solución el “igualitarismo” o “uniformidad” presentada ya sea en forma de un sistema totalitario o en su defecto democrático, en la actualidad estos aparecen con otro nombre, perfeccionados y muy bien coordinados para el bien común. Una conduce a la destrucción del individuo y por ende a la capacidad de renovación de las sociedades y la otra a la descoordinación de fuerzas y a la desaparición del proyecto colectivo común. Ninguna de estas dos opciones es válida, ya que ambas conducen a un mismo producto: la destrucción de nuestras sociedades.
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(1) PSICOANÁLISIS (Ensayos, introducción, etc). Subjetividad de la época. Adicciones. Revista semestral. 2003.
(2) GARRETÓN, MANUEL ANTONIO: En qué sociedad vivi(re)mos?. Tipos societales y desarrollo en el cambio de siglo.