miércoles, 9 de julio de 2008

AGOTAMIENTO DEL ORDEN SOCIAL (1ra. parte)

El agotamiento del orden social se origina cuando se debilitan las formas de control social. Pegoraro (1) señala que el sistema de control social es una estrategia tendiente a naturalizar y normalizar un determinado orden social constitutivo por las fuerzas sociales dominantes. La legitimidad de dicho orden social permite atenuar los controles institucionales y promover los autocontroles y la ampliación de las conductas rutinarias tendientes a regular por sí mismas las formas sociales de convivencia. Así pues, se puede disminuir el control coercitivo si existe la amenaza monopólica del ejercicio de la coacción física legítima por parte del estado. De esta manera los cálculos de la ventaja personal y el temor al castigo son los únicos elementos.
Este proceso de legitimación del orden social procura naturalizar las desigualdades sociales de diversas formas para que sean internalizadas como “normales”, y preexistentes a la acción social, tratando desligarlas de la acción política, y separarlas de su órbita posible de acción.
Esto, no debe considerarse una intención perversa, ni un deseo consciente de las fracciones dominantes, sino como algo inscripto en el propio punto de vista, inherente a la posición en el espacio social que sustentan.
Así, los planteos de los autores que analizan la violencia contemporánea siempre refieren a algún problema de eficacia del sistema de control social, expresada tanto como exceso de poder, falta de capacidad para persuadir, la imposibilidad de estructurar relaciones conflictivas o de negociar diferencias. Estos problemas pueden ser explicados si se consideran dentro del contexto actual donde aún no se han naturalizado las nuevas diferencias sociales que se derivan en respuestas violentas, tanto de los que realizan excesos de poder para naturalizarlas como de aquellos que
responden por no hallarlas legitimas.
Cuando se plantea el debilitamiento del orden social, además de los procesos de legitimación, se hace referencia al agotamiento de los mecanismos de control social.
Por este motivo, se presentan a continuación brevemente los signos de agotamiento de importantes mecanismos de control social (2) que son:
1.- Segregación urbana: uno de los mecanismos de control social más utilizados para resolver los conflictos generados por las desigualdades es la segregación urbana. Ésta, como salida se acrecentó en las últimas décadas para sobrellevar las diferencias sociales y conformó la segmentación urbana actual. Lo que fue una solución de problemas en el pasado se ha transformado en la actualidad en uno de los principales ejes de cuestionamiento del orden social. Las situaciones creadas como producto de la acumulación de exclusiones sociales se han combinado con los procesos de globalización del crimen organizado y hoy estalla en una violencia irrefrenable. Las favelas y las villas fueron modos de segregación eficaces porque permitieron por mucho tiempo atenuar conflictos sociales contribuyendo a mantener el orden social.
Pero es, en estos espacios donde con mayor fluidez se cuestiona el monopolio del uso de la violencia del Estado. Se constituye así una paradoja, si el Estado fue quien permitió estos asentamientos también creó las bases materiales para el cuestionamiento de su poder monopólico. Más allá de las representaciones, el aumento de la segregación genera objetivamente el territorio en el cual se producen procesos sociales incompatibles con el orden social. El agotamiento de este mecanismo de control plantea dos opciones que resumen el dilema de la violencia en las sociedades actuales: comunicación o coerción y violencia . (Continúa)
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(1)PEGORARO, J. (1994) “Teoría social, control social y seguridad, el nuevo escenario de los años 90” en El control social en el fin de siglo, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires: 75-
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(2) ZALUAR, 1996, GIDDENS,1997, PEGORARO, 1994

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